Ahora que llega el fin de curso, es hora de reflexionar sobre una de mis asignaturas favoritas de este curso... Psicología.
En primer lugar, aprender ha sido divertido porque las clases son más amenas, más didácticas, más prácticas y eso es básicamente lo que marca la diferencia respecto a las demás asignaturas. Por lo tanto, en esta asignatura he aprendido de verdad, porque no se ha basado en memorizar, ni nos ha dado muchas obligaciones ni estrés, básicamente todo lo que he hecho ha sido por voluntad propia, no por miedo a suspender. La verdad es que todo esto ha sido gracias al profesor, ya que si hubiese sido otro... todo esto hubiese sido lo contrario y ni estaría escribiendo aquí. Que por cierto, escribir en un blog es una idea genial y al menos a mí, me parece más relajante y más fácil de expresarme.
Lo que aprendemos en Psicología siempre son cosas que nos van a servir para nuestra vida y que nos enseñan más sobre la mente humana. Esta clase ha sido la única en la que hemos podido pensar por nosotros mismos, compartir ideas y expresar nuestra opinión libremente. Por ejemplo, uno de los temas más interesantes, ha sido el de la personalidad. Hemos podido hacer un test para conocernos más a nosotros mismos y eso es algo que me ha encantado. También me ha gustado que nos abra los ojos y nos ayude a ser mejores personas como por ejemplo con el tema de la violencia de género, con lo que es en realidad el éxito, nos hemos dado cuenta de la realidad de la educación hoy en día y de la sociedad. Y creo que esa es una de las mejores cosas que me llevo de esta clase, el enriquecerme, el poder "tener voz propia", es decir, poder ver y tener claramente nuestras ideas sobre lo bueno y lo malo de nuestro sistema, de nuestra sociedad y de nuestra cultura, ahora sé mejor entender y juzgar.
Sinceramente... te voy a echar de menos, Psicología.